domingo, 31 de mayo de 2015

La iglesia de San Julián y Santa Basilisa (II): simbología


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La iglesia de San Julián y Santa Basilisa (II): simbología



He aquí unas explicaciones de mi cosecha sobre la historia y la simbología del templo.


El arte románico se expandió por España durante los siglos XII y XIII, y se caracteriza fundamentalmente por el empleo del arco de medio punto y la bóveda de cañón,  así como por la poca luminosidad de sus templos (en comparación con el gótico) y la sobriedad de la decoración escultórica. Las esculturas y las pinturas murales se utilizaban para hacer comprender al vulgo (que era analfabeto) la palabra de Dios.

En cuanto a la simbología, el templo de Villaconancio tiene la cabecera (los ábsides) mirando hacia el este, como es habitual en el románico. Por ese punto cardinal sale el sol, y de este modo se representa el encuentro  del hombre con Dios, con la luz. Esto se cumple en las parroquias de Cevico Navero y Castrillo de Onielo, sin ir más lejos, y también en las ermitas de Villella (en Antigüedad) y Hontoria  (en Vertavillo). Hay que tener en cuenta que antaño no había luz eléctrica y la llegada de la oscuridad hacía que la vida se parase y el campo enmudeciese. La gente, igual que muchos animales (excepto la lechuza y otros nocturnos), se levantaba al alba y se acostaba al anochecer, por lo que aguardaba la llegada del nuevo día con expectación.

Cabe destacar también que en los tiempos antiguos las tumbas se excavaban de modo que quedasen los pies  del difunto mirando hacia el este, y la cabeza hacia el oeste (al menos, de forma aproximada). Ignoro si esto se cumple en el caso de las tumbas que hay bajo el suelo de la plaza o de la propia iglesia, pero sí que se cumple en la ermita de Villella, donde hay algunas tumbas antropomorfas del siglo X con esta orientación.

Hay varias posibles explicaciones:

-según la Biblia, Cristo reaparecerá́ en el oriente del último día: 

“… cuando venga el Hijo del Hombre, será como relámpago que parte del oriente y brilla hasta el poniente” (Mt. 24, 27-28).

-  Tierra Santa está hacia el este.

-la más acertada, a mi juicio: parece ser que los paganos ya enterraban a los muertos así, de manera que miraran al sol naciente.

 Por otro lado, los moros colocan el cadáver recostado sobre el lado derecho y con la cara orientada hacia La Meca. En el rito islámico tradicional, no se utiliza ataúd.

Al margen del significado simbólico que se le quiera buscar, el lugar elegido para levantar un templo en los tiempos antiguos no se elegía al azar. En muchas ocasiones se  elegía un lugar cercano al agua (San Juan de Baños o la ermita de Garón, con un manantial bajo ella), que es origen de la vida y símbolo de purificación en numerosas culturas, y se utilizaba en los ritos. Había otros métodos: se consultaba a los zahoríes, o como cuentan los historiadores: los romanos dejaban pastar libremente a las ovejas, y edificaban allí donde estas se asentaban.

Pueden observarse en las piedras algunas marcas hechas por los canteros. Como la iglesia se hundió en el siglo XIX y fue reconstruida a principios del XX, no podemos saber si las marcas fueron cinceladas en un siglo u otro. 

La marca clarísima que hay en el ábside se ve que es moderna, hecha en la última restauración.

Las otras marcas, las de la parte reconstruida, no podemos saberlo. De todas formas, lo más normal es que para la reconstrucción del templo se aprovechase buena parte de las piedras de la anterior construcción, por lo que no se puede descartar que también sean del siglo XII. Sin embargo, el hecho de que estén en la parte reconstruida me hace pensar que son de hace 100 años.

Las marcas se empleaban para cuantificar el trabajo desarrollado por cada cantero, y de este modo saber cuánto había que pagar a cada uno por su trabajo. Podían pasar de padres a hijos, o ser utilizadas no solo por un cantero, sino por un grupo de canteros.

En la actualidad, permiten conocer las etapas de la construcción de un templo o el trabajo del grupo en una región, así como el número de canteros o grupos de canteros que participaron en la obra (a mayor número de marcas, más canteros). Y esto a su vez nos indica la solvencia económica del que encargaba la obra.

Suelen ser marcas sencillas, como una raya en diagonal o una pequeña cruz.

Algunos maestros canteros las utilizaban como firma, para dejar constancia de quién fue el artista que construyó tal o cual portada, o tal o cual ábside. En este caso, las marcas suelen ser más elaboradas, y pueden incluir frases como “Bernardus me fecit” (Me hizo Bernardo”) u otras similares. Por ejemplo, en Revilla de Santullán el cantero se esculpió su retrato en la portada y puso la inscripición “micaelis fecit”.

En otras ocasiones, las marcas que los canteros dejaron en los bloques recién extraídos de la cantera indicaban la posición del bloque en la misma antes de ser extraído, para que al colocarse en la fábrica se respetase esa disposición y encajase a la perfección.

En Villaconancio podemos distinguir las siguientes marcas:

-una letra V o una flecha:









-una letra N o Z, según se mire:


 

-una letra M:





-una cruz:











-una letra N:


-tres rayas atravesadas por otra:






Estas son unas fotos retocadas con Photoshop para ilustrar esta entrada.





  Fuentes: 

-Sobre las marcas de los canteros:

"Las marcas de los canteros en los templos románicos y góticos, y su interés actual". Andrés Pérez Arribas

-Sobre Villella “Iglesia prerrománica en Villella. Antigüedad (Palencia). Extraído de :  
Actas del II Congreso de Historia de Palencia  27,28 y 29 de abril de 1989
Tomo I   Prehistoria, Arqueología e Historia Antigua
Excma Diputación Provincial de Palencia    Departamento de Cultura 1990
Págs. 509-524

-La Biblia

-Fotos propias