lunes, 11 de julio de 2016

Las bodegas (I): historia e introducción

-5- Arquitectura popular      -5.5- Bodegas

Las bodegas (I): historia e introducción

       En todos los pueblos del Cerrato hay un barrio de bodegas. Son bodegas excavadas en la ladera sur de un teso o cerro cercano al pueblo. Además, bajo las casas hay también bodegas y pasadizos. Villaconancio no es una excepción.

       En las próximas entradas, voy a hablar de la cultura del vino en Villaconancio. Y es que, ahora que no hay viñedo choca ver tanta bodega, pero el vino ha sido siempre uno de los productos propios de esta tierra. El trabajo en el campo era muy duro cuando no había máquinas, y sobre todo los hombres pasaban largas jornadas arando, cavando o segando. 

      El vino era una parte importante de la dieta, ya que es muy nutritivo; por supuesto también estaba presente en todas las celebraciones (y en la misa) y lo bebían hasta los niños. Hasta hace unas pocas décadas, el vino regaba las meriendas que se hacían para festejar el fin de la cosecha, las fiestas patronales... y las bodegas eran un lugar de encuentro, donde se reunían, por ejemplo, los mozos para coger valor antes de ir a rondar a las mozas. 

      El origen de la mayor parte de los barrios de bodegas de estas tierras se remonta al reinado de los Reyes Católicos (siglo XV), una época en la que la estabilidad  que había alcanzado el Cerrato permitió el crecimiento de la población y favoreció el cultivo de la vid. Estos monarcas visitaron las villas del Cerrato muchas veces, incluso vivieron en Dueñas varios años. No olvidemos tampoco que en  Baltanás hubo una batalla en la que las tropas del castillo baltanasiego apoyaron a Isabel frente a Juana “la Beltraneja”, en aquella guerra civil por el trono castellano. El derribo de los castillos, ordenado por los reyes, hizo que los cerrateños excavasen las bodegas en los cerros donde se erigían las fortalezas y aprovechasen las piedras para construir las escaleras, las bóvedas, las pilas del lagar…
       Por ejemplo, en Baltanás las bodegas están precisamente en el “cerro del Castillo”, junto a la iglesia. Todo ello fue seguramente construido con las piedras del castillo.

       Se excavaban normalmente en laderas orientadas hacia el norte, para tener mejor ventilación; sin embargo, en Villaconancio miran hacia el sur y hacia el este:


Fuente: SIGPAC

               La mayoría de las bodegas están junto al camino (el de Baltanás o el de La Sombría). Sin embargo, varias se disponen en un nivel superior a lo largo de la ladera, e incluso hay algunas por debajo del camino formando un total de 3 niveles. 
              La última vez que estuve recorriendo la zona pude ver en el nivel inferior al menos 2 cuevas cegadas por los cascotes, que fueron en su día bodegas.

              Las viñas se plantaban normalmente en tierras poco fértiles (que no valían para otros cultivos), cascajosas y orientadas al sur, pero que no fuesen excesivamente calizas. Sobre todo en la parte baja de las laderas.

        Para entender cómo se construye una bodega y cómo funciona hay que conocer primero algunos términos:

       -la zarcera es la chimenea de ventilación que se situaba hacia la mitad de la bodega para eliminar el tufo (el tufo son los gases generados por la fermentación del vino, sobre todo anhídrido carbónico). Su nombre viene de la práctica de introducir una zarza encendida por ella para verificar si hay tufo o no. Si la zarza se apagaba es que había tufo (el gas había desplazado al oxígeno al pesar más que este y no se podía entrar en la bodega); otra forma de comprobarlo era entrar con un candil: si se apagaba había que salir rápidamente para no asfixiarse. Algunas zarceras son simples agujeros, por lo que al caminar por el cerro de las bodegas hay que tener cuidado de no caerse. Aquí podéis ver una destapada:


        Otras las han tapado con cemento.

    Como el resto de elementos de la arquitectura popular, se construían con los materiales que se tenían más a mano, y por eso mismo están perfectamente integradas en el paisaje.

    -majuelo: viña o terreno plantado de cepas, especialmente jóvenes. Cada familia solía tener un majuelo no muy grande (de media hectárea para abajo) para proveerse de vino para su propio consumo.

      A finales del siglo XIX hubo una auténtica fiebre del vino: se plantaron nuevas cepas para satisfacer la demanda de Francia. Sin embargo, durante el siglo XX debido a la filoxera, la concentración parcelaria y la dejadez y escasa iniciativa de los lugareños, se fueron arrancando las viñas hasta que en Villaconancio no quedó ni una. Incluso se concedieron subvenciones para arrancar las viñas.               En la vecina D.O. Ribera del Duero (en la que por cierto hay algún pueblo cerrateño como Tórtoles, los Piñeles u Olivares de Duero)  han sabido hacer mejor las cosas: con un clima idéntico y unos suelos parecidos a los de Villaconancio están a la cabeza del sector vitivinícola español  y mundial.

       Algunos pueblos de la parte palentina del Cerrato se han unido a la D. O. Ribera del Arlanza: Baltanás, Torquemada…  aunque la superficie de  viñedo es aún muy pequeña.


        Aquí tenemos unas vistas de las bodegas:



           Esta desde arriba:

            El camino de la Sombría:







        Y algunas zarceras (no hay muchas):